viernes, 10 de septiembre de 2010

Fundamentalista VS Fundamentalista


La religión lo ha vuelto a hacer…  Imagináos el típico padre musulmán, de sueldo medio (o para lo que se considere “medio” en un país del oriente medio), que cuida de una familia, y que para cuando tiene tiempo libre para jugar con su hijita, va y se larga a una estúpida y agresiva manifestación de horrendos fanáticos quemando banderas de los Estados Unidos, tirando piedras a las bases de la OTAN para que estas disparen a la muchedumbre, y el hombre este acabe comiendo tierra para el resto de sus días; porque la bala, concretamente, atravesó su cabeza y no la de otro.

Los musulmanes, en general, no son como los cristianos (relativamente hablando); y son más fáciles de provocar. Los adeptos al llamado “islam” son más crédulos, luego constantes con las prácticas religiosas que los identifican como tal. Las reglas y obligaciones de esta creencia son, si cabe, más exigentes que las católicas. Pongamos, como ejemplo, los 5 rezos al día, y el hecho de tener que hacerlo siempre en dirección a la Meca. Tienen, además, ciertos mandamientos, menos de aquellos que nos pudo dar nuestra Estúpida Santa Iglesia Católica Apostólica Romana, son bastante rigurosos, y si bien hay algunos que se entienden en el sentido común y la salud de la persona, hay otros bastante extraños, como el de darse un pateo al menos una vez en la vida para darle una vuelta a la “Kaaba”, una especie de estructura cuboidea gigante situada en La Meca. De seguro que dada las circunstancias económicas de muchos adeptos, les resultaría incapaz de realizar este viaje.

Personalmente, le tengo bastante recelo a esta religión, aunque de por sí esta no sea directamente perjudicial. No hay muchas cosas buenas que hayan salido de ella, por lo menos de ahí han salido quizá los más peligrosos fundamentalistas que pueda conocer la historia humana, y por supuesto de ahí se ha surgido el más justificado y poderoso machismo.

Al otro lado del ring se encuentra Terry Jones, un “mostachudo” clérigo evangelista con cara de mala ostia, residente en Estados Unidos, que maneja a su rebaño de ovejas por allá por Gainesville (Florida). Resentido por lo ocurrido en Nueva York hace 9 años, y por el hecho de la posible construcción de un centro islámico en la “Zona Cero” (lugar donde se asentaba el World Trade Center), decide quemar algunos “Coranes”. El Corán es el libro sagrado para los musulmanes (para mí no supone más que un libro de poemas árabes), y casi como la biblia, coincide con esta en ambigüedad de autoría y de interpretación.

En fin, que el majadero ha puesto en vilo a toda la comunidad islámica, a numerosos imanes y políticos, contando con el propio presidente de los Estados Unidos. Inclusive lo llamó el secretario de defensa de los EE.UU. Todos insistieron en que cambiara de opinión, y mientras algunos políticos gastaban saliva inútilmente otros optaron por utilizar la lógica: la quema  pública probablemente llevaría a consecuencias desastrosas, y beneficiaría a muchos grupos terroristas a obtener más candidatos con el cerebro lavado y totalmente ciegos ante la verdad del asunto.

La terrible verdad (para ellos), es que toda la gente en Estados Unidos no tiene la culpa de que un grupo de estúpidos evangelistas fanáticos se dedique a hacer hogueras, en sus ratos libres, usando el papel del Corán. Tampoco la tiene el pobre turista estadounidense, a quien le alertaron de no acercarse a este tipo de protestas en los países del oriente medio (y que de seguro saldrá mal parado si se acerca a una de estas).

Por supuesto, no estoy de acuerdo con ninguno de los bandos: ¿Qué necesidad hay de quemar el Corán? Y por, el otro lado, ¿Qué necesidad hay de ponerse así ante la quema de un libro sagrado?

Por respeto me dirán algunos, pero respeto es lo que más necesita un creyente que no tiene ni idea de cómo defender a su único amigo imaginario. Además, los musulmanes sucumbieron a la provocación y ellos mismos profanaron la bandera del país donde reside el vejestorio evangelista que de seguro, sabía que reaccionarían así. Total, que al final Terry se echó para atrás, pero el mal ya está hecho, porque ya han muerto personas en estas protestas.

¿La moraleja de todo esto? No provoques a los musulmanes, porque entre ellos se esconden fundamentalistas. Y no pararán hasta inculcarte, a la fuerza, de que la mujer vale menos que el hombre, y de que en el cielo te esperan 70 prostitutas dispuestas a entregarse a ti.

¿Qué pensáis ustedes sobre esta polémica, que ha ensombrecido el aniversario del 11-S? 
Absténganse Trolls.

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