lunes, 30 de septiembre de 2013

"Hacer un Homestuck"


Y otra vez ando escribiendo por aquí desde hace ya meses —abril, si concretamos—. Y de nuevo, me encuentro con que las entradas con más comentarios son aquellas en las que suelto bilis por cosas que no me suelen gustar.

Que conste que yo nunca desee que el blog fuera algo así como una piscina de vómito amarillento donde se pudren todas aquellas cosas que, según mi humilde opinión, deberían desaparecer del universo: como el dubstep, el reaggetón, las fujoshis, el género bishonen…

Aún así, en esta preciosa bitácora donde ustedes podéis ver mis opiniones y exponerme las vuestras en los comentarios, sois invitados una vez más a leer otra de mis espantosas y exageradas críticas. Poniéndonos a ello, yo os pregunto… ¿No habéis pensado alguna tarde aburrida en cosas que se hayan puesto de moda en el mundo friki sin tener ni idea de por qué ha sido sido así?

Yo muchas veces: El “Harlem Shake”, “My Little pony”, “Hora de aventuras”, la cancioncita del “Gagnam Style”...

Sin embargo, si hay algo que siempre me ha sorprendido, es que se pusiera de moda algo como “Homestuck”.

Porque lo demás es más o menos comprensible. ¿Pero “Homestuck”? Aunque el título —que se traduce al Español como: “Atrapado en casa”— no tiene nada que ver con el argumento de la historia, lo cierto es que es demasiado complicado para explicarlo en una sola entrada; de hecho, carece de muy poco sentido.
Un “webcomic” son eso que indica el nombre. Son cómics que el autor publica por internet en, la mayoría de las veces en una página web propia, publicando los números con asiduidad para el disfrute de todos aquellos lectores a los que alcance a gustar. Personalmente, nunca he sido un acérrimo lector de este tipo de historietas virtuales, mientras que tengo amigos que en sus navegadores, entre los favoritos, imperan este tipo de páginas. Ha habido algunos que me han llegado a gustar, como por ejemplo “Spinerette”. No obstante, nunca he tenido el tiempo ni la constancia como para seguir las publicaciones de alguno a rajatabla.
Sin embargo, y puede que sea la principal herramienta de Homestuck para triunfar, no se trata solo de imágenes, sino que también incluye algunas animaciones, y algunas incluso, permite la interacción del lector. Eso sí, sin ningún diálogo. Estos vienen abajo escritos con una letra horrible.Cosa que dificulta mucho la comprensión sobre el fondo grisáceo de la página. Otra cosa que también me ha llamado la atención es que tiene una imagen/animación por página. Por lo tanto, estamos ante una historia absurda y complicada escrita en casi un millón de páginas que vas pasando poco a poco.

La primera vez que me encontré con Homestuck, no fue recomendado por nadie en concreto, sino por simple curiosidad que me surgió entre una conversación de amigos. Pasando página tras página, la historia nos contaba de un chico que vivía en su casa, usando el ordenador, y hablando con unos amigos sobre un juego extraño que te permitía modificar la casa del otro como si de un juego de Sims se tratase —inclusive aparecía en la realidad el puntero del ordenador—.

El caso es que siempre dicen por ahí que no tienes derecho a decir que no te gusta el webcomic simplemente porque el acto primero es tedioso. Y son Gilipolleces. Pues se supone que una historia debe captar a alguien desde el primer momento, no confundirlo ni aburrirlo. No me interesa como un inadaptado corretea por su casa obrando sus manierismos autistas antes de que su padre —con la forma de un monigote sin ojos, mal dibujado, y con un sombrero encima— llegue a su casa con una tarta encima.

El autor es un fumado. No sé qué clase de droga tomó para ocurrírsele la idea de parir semejante rareza. Una sarta de memeces una detrás de otra. Un juego que puede acabar con el universo ni se sabe cómo. Alenígenas amorfos y verdes, una raza de maricones con piel gris y cuernos que parecen venir de un planeta extraño. Encima tiene la osadía de llamarlos “Trolls”. Como se nota que el autor es listo y sabe lo que está de moda ahora en el mundo del frikismo, aunque si algo es cierto; y es que ahora, a cualquier cosa se le llama “troll”. Incluso a una de las protagonistas le gusta el “furry”… ¡Perfecto! Ya tengo cubierto mi webcómic para que guste a los amantes de los animales bípedos y antropomórficos. Al menos, encuentra un poco de inspiración como para componer buenas canciones para la historia, algo que destaca bastante entre todo lo demás.

Y no digamos ya el grupo de impresentables que son los trolls. Puso a cada uno un símbolo del zodiaco que los representa, y los puso ahí, a joder a los protagonistas y a joderse entre ellos. Por supuesto, esto atrajo a miles y miles de fujoshis y mojabragas que se nutren de las confusas y caóticas relaciones entre los trolls para hacerse sus parejas y discutir sobre ellas. No veo lógico que lo primero a discutir sobre el argumento de una serie sean las relaciones amorosas de personajes que a lo mejor no tienen nada que ver en la historia. Es un pasatiempo que he considerado completamente estúpido.

Pero eso sí, muy listo el cabrón. Es como si cogieras una infección y la cubrieras con antibióticos de amplio espectro para tratarla. Asímismo, Hussie rellena de cliché su historia absurda y sin sentido, para que cualquier “friki” pueda identificarse con el frikismo entre tanta porquería. Un argumento que sólo es una jodida parafernalia que nadie es capaz de tomarse en serio.

Me recuerda un montón a “Scott Pilgrim”, que también intenta atraer a su público con el mismo método, un poco más orientado a los jugones.

El compendio de estupideces y de nombres raros hacen una ensalada curiosa y extraña, con términos raros a los que no estoy acostumbrado. Dudo incluso que sean ingleses, por lo que yo creo que salen de la mente enferma del autor. Por ejemplo, el nombre del inventario que ellos tienen debajo los protagonistas para guardar sus cosas, muy a un estilo surrealista videojugabilístico. Al final, solo acaba confundiendo mucho más.

Debo advertiros que apenas pasé de acto uno, donde el protagonista ve desde un telescopio como se acerca un meteorito gigante, directo a su casa. Sé que he comentado muy pocas cosas acerca de Homestuck, y son pocas las que recuerdo que mi cómplice me haya contado. Pero este webcomic lleva a sus espaldas una gran cantidad de memeces como una enorme corona de mierda sobre la cabeza de un cadáver podrido.

Sin duda lo peor de Homestuck son las fans femeninas. La mayoría de ellas son perfectamente equiparables a las llamadas “believers”. La diferencia, y lo que hace a estas muchísimo peor que las adoradoras del cantante más maricón de todos los tiempos, es que no puedes entender ni una palabra de lo que dicen.
Lloran, gritan, patalean, ponen imágenes en Tumblr; y en los foros, escriben en mayúscula, ponen caritas. Hablan una especie de “spanenglish” extraño combinando los extraños términos que designan a sus trolls más favoritos, y los emparejan como si se trataran de los personajes de una novela amorosa.

Simplemente, no es algo que esté hecho para mí.


¡Saludos y hasta la próxima entrada!

Enlaces de interés:

Una crítica mejor fundamentada de Homestuck, por un lector anónimo: http://badwebcomics.wikidot.com/forum/t-415132