jueves, 29 de abril de 2010

Vida estudiantil: el horror, el cáncer, la GBU!!!

Esto es nuevo: Un virus se está esparciendo por la facultad. Y no, no se trata de ningún retrovirus, Influenza, Citomegalovirus, y parecidos, no… pero eso sí, puede ser muy contagioso si no se tiene especial cuidado, y puede ser también muy molesto cuando intenta atravesar tus defensas.

Estoy hablando del virus de la religión, y en este caso, el subtipo sectario. Si habría que comparar de alguna forma las sectas, solo me viene a la mente el Papilomavirus que gran capacidad tiene para producir cáncer en los afectados; sin embargo, y para colmo, el sectarismo no es tan fácil de prevenir y no tiene vacuna a partir de anticuerpos policlonales como lo sería el “Gardasil” que ojalá fuera así, entonces sería todo muchísimo más fácil .

Efectivamente, la Universidad para mí es más que un centro generador de estrés, donde se estudia, trabaja, se va a clases y se investiga. Es la casa particular de la sabiduría y de la libre expresión de opiniones. A lo mejor es esta la razón de porque en concreto, nuestra dichosa y aún en construcción Facultad de las Ciencias de la Salud acoge la posibilidad de que se propague esta mierda. Es más, en la facultad cada uno es libre de colgar lo que le salga de sus entrañas sin que nadie lo quite —esto es relativo, ya que un día me animé a colgar un chiste “anti-bolonia” y un día dejé de verlo en el tablón de nuestra clase — pero esta vez ciertos señoritos se han animado a cagar un pedazo de excremento maloliente que apesta a fundamentalismo e irracionalidad, y que me he hartado de ver por los blancos pasillos de esos edificios, donde me paso un buen rato de mi vida.

El año pasado tuve la desgracia de que, después de un exhausto día de estudio y clases, encontrarme con un grupo de estudiantes reunidos en una de las aulas de Fisioterapia. Nuestro cruce de miradas fue fugaz, yo en ese momento no tenía ni la mínima idea de lo que estaban tramando; aunque, ahora mismo, se pueden ver los frutos de esa confabulación esparcidos como un parásito en forma de un ambiguo cartel:


El cartel es el “súmmun” de la neutralidad — encima te preguntan donde “coño” los has visto en la encuesta de la que hablaré más adelante —. Puedes pensar en más de 80 cosas diferentes de lo que podría significar. Pese a todo, esto está hecho adrede con el propósito de atraer el personal que piensa que la religión es como un grano en la axila, que le trae sin cuidado ni es imprecindible en sus vidas. Analizándolo con cierta profundidad, lo primero que llama la atención es la palabra inglesa “Life”. Debajo, en color rojo, para resaltar, pone: “Una biografía de escándalo” y justo a la derecha, otra frase: “¿No la has leído nunca?” con la palabra “nunca” en un descarado color rojizo, de nuevo, con objeto de resaltar. Luego, menos importante, pese a la simplicidad del cartel, han decidido decorarlo un poco con circulitos, puntos de mira en forma de cruces, y líneas onduladas que podrías percibir con un poco de LSD, además, la palabra principal está rodeada de una burbuja con un borde celeste. Por supuesto, en la versión real, nos indica una página web justo debajo, la cual me niego a poner en mi blog —mi bitácora se merece un respeto, y de paso, no quiero patrocinarlos, más bien al contrario —.

En principio cualquiera puede acercarse a ver el cartel y pensar que se trata de la biografía de Jimi Hendrix, del vocalista de Queen, o de algunas celebridades científicas como Albert Einstein. Quien lo diría, que este cartel solo sea un sucio truco para poder inyectarle a la gente más basura religiosa, y es que, la biografía tan fascinante y “de escándalo” no es otra que la biografía de Jesús. Ya me diréis qué demonios tiene de escandaloso la biografía de un subnormal basada en un libro de autoría dudosa y de hechos no demostrables. Jesús, según la biblia, era un hombre atado a los designios de una ilusión, producto de las drogas que tomaba. Díganme qué libertad nos promete una creencia que te dicta normas de moral preestablecidas, como si no fueras nada más que un niño pequeño — un “corderito de dios” —, eso es lo verdaderamente escandaloso, y además, ¿porqué resaltan tanto la vida, si lo único que nos enseñó el judío reprimido fue que nos resignáramos y muramos en la cruz, que por aquel entonces, era un instrumento de tortura y ejecución? Lo mismo que podría ser la “santa cruz” podría ser hoy el santo cloruro sódico, el santo bromuro de pancuronio y el santo tiopental sódico.

Eso no es todo, semanas pasaron desde aquel día en el que un compañero (el cual se acaba de desuscribir al leer esta entrada) y yo descubrimos las primeras propagandas de esta lacra. Justo ayer vino un integrante de nuestra clase a inmiscuirnos en este atropello a la razón. El problema no es que viniera, ya que es comprensible que siendo un creyente, participara en esta estúpida campaña. Simplemente no puedo comprender como parecía estar seguro de que le íbamos a entregar las breves encuestas que nos entregó, el caso es que, todo el grupo — menos yo, que ya tenerlo en las manos me daban unas tentaciones de tirarlo e ir “ipso facto” a lavarme las manos — estuvo de acuerdo de que se lo entregarían mañana. ¿Dónde leí yo que es mil veces mejor una verdad cruel que una mentira piadosa? En estos casos parece que no. En definitiva, al final nos dimos cuenta de que la dichosa asociación universitaria tenía un puesto al lado de la reprografía del aulario, y ahí seguirán por unos días más.

Para propagar un poco más la infección, la asociación reparte cantidad de folletos y “libretitas” en las que se resume en 73 insufribles páginas la vida del personaje de cómic contada por el subjetivo punto del apóstol Juan, dejando a todos los demás, incluidos los apócrifos, en el tintero. Aparte de esto, como introducción en cada uno de los capítulos, se ofrece una visión espiritual y muy poco convincente de la supuesta importancia que tiene esta aburrida y tediosa biografía que muchos desgraciados — me incluyo — han tenido la oportunidad de releerse muchas veces. Aunque he de decir, que quien quiera que fuese el subhumano que los escribió, sabe a quiénes se está intentando dirigir, ya que utiliza un vocabulario que sin llegar a ser bizarramente urbano, utiliza palabras como “gore” para describir la sensación que tuvieron los oyentes al escuchar al mesías decir que les ofrecía la carne de sus atrofiados músculos.

Como es obvio y previsible, la religión, y en concreto la cristiana, le da un supuesto valor verídico a un libro que bien podía ser la obra de un esquizofrénico, basándose después en interpretaciones totalmente subjetivas y espirituales, que es básicamente lo que hace este grupo: perder el tiempo en lo que podría significar la biblia, que no lleva a ningún lado.

Yo les he escrito las respuestas de la encuesta que se merecían, aunque por respeto no se las voy a entregar ya que pueden resultar un tanto ofensivas para ellos. Eso sí, aún me lo pienso… De verdad que en estos momentos se echa de menos a profesores como lo eran el de sociología médica. Él sí que resultaría una buena vacuna para esta enfermedad.

miércoles, 14 de abril de 2010

Vida Estudiantil: 3, 2, 1!! Exámenes!!

Odio los periodos pre-exámenes, son bastante asquerosos… y a partir de ahora presiento que será muchísimo peor… Lo explicaré con detalle:

Últimamente cada día tengo en total dos clases:(la próxima semana se sumara una más) una de anatomía a las ocho de la mañana (para mí esa clase empieza a las 8:10) y de 11:00 a 12:00 de fisiología Inmuno/Neurología. Esta última es un poco ¡¡sorpresa!! Porque nunca sabes lo que tocará ese día. Esto último fue un tema de controversia en cuanto a la posibilidad que hubo de cancelar las comisiones de neuro, ya que; el profesor, en un gesto desinteresado y amable, da los apuntes. La clara confusión entre cuándo es una clase de neuro y una de inmuno deja entrever muchas posibilidades entre los más "ganduloides" del curso para escaquearse de su obligación.

Muy pocas veces he visto yo en fisiología que el número de oyentes sobrepase el número 15, es más, creo que hoy mismo hemos sido menos de 10. En cambio, con las de anatomía, ocurre algo que me resulta bastante gracioso, y es que, toda la manada de ocupados estudiantes dejan de marear una y otra vez los apuntes para venir a la segunda hora, en cierto modo hasta es mágico el poder de reunión que tienen las prácticas: ves a gente que hasta dudas si pertenecen a tu misma carrera. A lo mejor tendrá que ver con que al final de esa hora le tenemos que dar la cartilla de prácticas para que nos la firme, eso sí. La segunda hora de anatomía es aburrida y tediosa, se supone que son prácticas, pero de lo que antes era una entretenida hora en el sótano de los cadáveres (yo era el único que llevaba la bata todos los días), ahora se ha convertido en una genial reseña de todos los pares craneales, exámenes del MIR, que por cierto, están repletos de epónimos, según me he fijado.

Sinceramente, yo me hice una promesa antes de entrar en la carrera, y es de llevarlo todo con calma, sosiego, y asimilar los conocimientos poco a poco para a posteriori poder aplicarlos en gente que posiblemente necesite mi ayuda. En definitiva, de tomármela con calma; y eso es lo que quiero conseguir estudiando Inmunología antes de un examen de Fisiología endocrina que toca este viernes próximo. No soy un chico “aplicado”, como murmuró una de mis carismáticas (si… nunca mejor dicho) compañeras a pasar por mi lado en la biblioteca. Estoy como todo el mundo, hasta el cuello de las “hormonitas”, pero intento tomármelo con calma, como he dicho antes, e intento cambiar de tema cuando me aburro de estudiar una.

Entonces, así está el día a día. Con clases desiertas, de gente confinada en la biblioteca y que por las tardes visitan el Infierno (CULP, Colegio universitario de Las Palmas, la antigua facultad de medicina) para disfrutar del “olor a gambas” que me han dicho que tiene hasta bien entrada la noche.

De todos modos, ¿qué día no será más insoportable que la inigualable y terrible víspera del examen? Donde la ansiedad y el estudio a última hora cobra protagonismo (sin cobrar ningún sentido, al menos para mí), y donde, a falta de personas con las que hablar un poco (todas están mareando por última vez sus apuntes) me pongo a ver vídeos, entretenerme con alguna tontería en el portátil; es más, creo que antes del examen de digestivo/renal me tragué más de 10 capítulos de Happy Tree Friends (varios de ellos de los largos), así que, hoy en día, es raro que me encuentre con uno que no haya visto.

El viernes tengo pensado ponerme a jugar al megaman, si no es que alguien se ofrece a parlotear conmigo para dejar la mente en blanco y en relax… Aunque... mejor ya puedo ir asimilando que tendré que cargar con el mando de la “playstation2” a la facultad…