martes, 11 de mayo de 2010

A Doctor is playing games: El Diario de Madotsuki

En fin, después de una entrada bastante polémica con la que recibí numerosos insultos, amenazas, cartas bomba, una cabeza de turco, y demás respuestas de parecida índole –con un mísera alabanza que la verdad, tengo que agradecer – inauguro una nueva y más suave, nunca mejor dicho, sección, en la que hablaré sobre uno de mis mayores pasiones desde que era muy pequeñito: los videojuegos, como no podía ser de otra forma.

Últimamente los juegos “indie” me han llamado muchísimo la atención, y no es porque yo mismo me haya puesto a buscarlos, sino porque otros han sido los que me lo recomendaron, y la verdad, son otro colectivo al que tengo que agradecer, porque la verdad, pocas cosas superan la imaginación, y en este caso, ayudadas por kilos y kilos de estupefacientes.

Lo de estupefacientes era una broma, el juego me encanta, pero además de una jocosidad mía era una simple llamada de atención al hecho de que por ahora, este es el juego más extraño que he jugado hasta la fecha:

“Yume Nikki” (Diario de Sueños), está hecho con el “RPG maker”, para los que no lo conozcáis, es una especie de hábil herramienta para realizar juegos de rol al más puro estilo de los antiguos Final Fantasy. Yo supuse que el programa en cuestión tendría sus limitaciones, pero después de ver esto, la verdad es que las únicas limitaciones que tiene son la mente del autor –aparte de su habilidad con la programación de juegos, claro está–. Aunque esté hecho de esta manera, el juego es radicalmente diferente al rol, simplemente se trata de un juego de exploración muy, pero que muy Hardcore.

La historia en sí es vaga, pero no porque sea mala, sino porque le da al jugador la libertad de interpretar el abierto –para nada lineal– mundo de los sueños. Básicamente conoceremos a una pequeña niña llamada Madotsuki, quien parece ser una “Hikikomori”. En términos un poco más técnicos consistiría en una fobia social endémica de Japón, que se trata de un aislamiento social en un entorno pequeño, a razones de incapacidad para poder cumplir los roles que la sociedad –en concreto la competitiva y dura sociedad japonesa– espera de la persona.

El caso es que Mado, como llamaremos ahora a la chica, no tiene mucho que hacer en su habitación. Aparte de observar el paisaje de la ciudad de donde vive en el balcón de su habitación, ver la televisión o jugar un poco a su “Famicom”. En su mesita de noche, iluminada por una simple lamparita, reposa un libro de tapa rosada, donde cada noche escribe sus vivencias oníricas. Cada noche, sueña con que la puerta de su habitación no lleva al pasillo de su casa; sino a una dimensión paralela lleno de puertas, por donde podrá acceder a los rincones más profundos de su subconsciente.

El mundo onírico de Mado está muy alejado de un mundo idílico cualquiera, como un campo lleno de flores, de chicos atractivos o de deliciosas golosinas. Consiste en un mundo intrincado, confuso, abstracto y laberíntico; pero a la vez, bizarro, grotesco, sangriento, violento y sobretodo, muy triste y lleno de soledad.

Las áreas del juego son inmensas, y están conectadas de forma muy confusa, de modo que una entrada puede llevarte al sitio más inesperado. Los paisajes pueden cambiar de maneras muy grotescas y extrañas, y aunque alguna que otra parezca normal a simple vista, siempre hay algo que te rompe todos los esquemas. No es la típica historia de miedo; es una obra de arte que de solo verla te incomoda. Te ofrece escenas que nunca podrás olvidar en tu vida, y todo eso lo hace un excelente juego de terror psicológico, simplemente por la tristeza que rezuma la historia.

En esencia, Mado tiene que explorar los rincones de su mente en busca de 24 “efectos”, una especie de poderes, los cuales pueden ser útiles o no, en el transcurso de la aventura. Estos se encuentran desperdigados por todas las áreas, y aunque al principio no te costará encontrar uno o dos, al final lo vas a tener demasiado crudo para encontrar el resto, es casi imposible dado que el juego es tan abierto que ni siquiera te da pistas sobre por dónde tienes que ir. Añadido está el hecho de que es muy fácil perderse ya que cualquier entrada que te encuentres puede llevarte a un sitio completamente diferente del anterior –lo cual es lógico ya que en los sueños los lugares donde ocurren cambian en segundos– ;luego, para encontrar nuevas áreas en un mismo sitio, a veces tienes que pasar por determinados caminos.

En todo videojuego de miedo que se precie, tanto el silencio como ciertos momentos de amenazadora y ambientadora música son realmente importantes, hasta el punto de marcar la diferencia entre una horrible y enriquecedora experiencia, de un pasajero viaje por una casa encantada. En “Yume Nikki” la música es radicalmente bizarra y molesta, definitivamente cumple con creces lo que se quiere conseguir con ella, de modo que cada pista de música no sobrepasa los 6 segundos, pero esta se repite continuamente en los escenarios. Incluso hay veces que puede parecer tan inapropiada, que resulta muy escabroso de tolerar, no obstante, todo ello con suma intención. La única excepción a la regla es una inocente oda que suena cada vez que Mado se sienta a escribir en su escritorio, que casualmente coincide con el sitio de guardado.

Mado soñó que podía ser gorda, una Diosa de la nieve, tener una bicicleta, ser una cabeza decapitada o una chica con pelo largo… ¿o a lo mejor con pelo rubio?. Le daba igual incluso tener una lámpara como cabeza, en realidad todo le era indiferente. Seguía impasible aunque viera en la carretera un hombre con el cráneo completamente aplastado y sumido en un charco de sangre, para ella era normal aquellos paisajes anormales, donde no dejaban de pulular monstruos sin una anatomía completamente definida. No se imaginaba porqué cada humano que se encontraba en sus sueños no tenía rostro, ni tampoco porqué no mostraba ningún sentimiento.

La perseguían constantemente mujeres altas y delgadas como un alfiler, cuya nariz era tan larga que se asemejaba al de un pájaro, que tan ariscas y agarradas que eran, que no la invitaban a sus picnics ni a sus fiestas.

La pequeña Mado tuvo oportunidad de conocer a muchos extraños personajes en sus sueños: una chica rubia que posee su propia habitación dentro de un templo en forma de cono, donde esconde una terrible maldición; una joven de pelo negro que le dedicó una sonrisa antes de desaparecer de la nada, una niña que le asustaban los semáforos, porque provocaba que se convirtiese en un ser de 6 manos. Pero… sin duda, el mayor recuerdo que Mado conservaría de sus aventuras, sería el gran viaje a Marte en una nave pilotada por un profesor de piano un tanto especial.

Después de cada aventura se pellizcaba la mejilla para volver a su mundo, y cada mañana, Mado iba relatándolas en su diminuto diario, sobre el escritorio y sentada sobre su silla móvil. Luego, volvía al balcón, donde observaba sin descanso aquella ciudad que representaba el mundo real y con sentido, donde nunca se atrevería a aventurarse.

Sinceramente, me sentí muy extraño jugando a “Yume Nikki”. En él hay diversos eventos, en los que tienes que hacer determinadas cosas para poder verlos, y la mayoría de ellos suelen sorprenderte desde el primer momento, ya que nunca sabes cuándo aparecerán –técnicamente tienen una probabilidad ínfima de ocurrir–. Los diálogos son escasos, casi inexistentes; aumentando aún más el desconcierto y el misterio. Otro aspecto relevante es la versión (0.10), lo cual significa que el autor da pié a futuras actualizaciones –aunque no estoy seguro, ya que en 5 años no ha salido una nueva, o eso creo…–.

Uno de esos eventos fue el incentivo que tuvo mucha gente para jugar, aunque no voy a revelar de cuál se trata. Lo que es seguro es que con el tiempo el juego ganó tanta fama que se pueden encontrar fácilmente por internet muchos “fanarts”, videos, y hasta alguna que otra continuación de la historia extraoficial.

Por otro lado, una cosa que aún no puedo explicar, más que el propio significado del juego; es el completo anonimato del autor bajo el nombre del seudónimo de “KIKIYAMA”, habiendo dejado tras de sí un gran y esquizofrénico legado. ¿Acaso tiene vergüenza de mostrar ante los demás el verdadero significado de su obra? ¿O simplemente dejará que todas las preguntas no tengan una única respuesta? Hasta entonces, los jugadores y amantes de los sueños seguirán especulando, entre los que me incluyo.

Por último, aparte de daros un enlace para bajar el juego para quién quiera trastornarse conmigo, extra de fotos:

Uno de los momentos más perturbadores:

Esto simplemente no me lo esperé, pensaba que tras salir de aquel tren y entrar de nuevo iba a estar aquella "cosa negra" pero me equivoque, en su lugar...

Un “fanart” y “screenshot” de mi “mostrenco” favorito:


Enlace: http://www.indiegames.com/blog/2008/04/freeware_game_pick_yume_nikki.html