viernes, 7 de febrero de 2014

Catherine: No es sólo erotismo de lo que estamos hablando


Aviso: si tienen pensado jugarlo, no leáis la entrada, se revelan ciertos detalles sobre la trama.Quedáis avisados.

Si hay algo que siempre me ha gusta en un videojuego es que, mientras disfrutes interactuando con él te haga pensar. Filósofos podemos ser todos ­­­­­­­­­—o al menos, todos aquellos a los que nos gusta dar cuerda a nuestras neuronas—, asimismo lo pueden ser los productores de videojuegos, o aquellos que nos quieran contar una historia a partir de este medio audiovisual, cuyo mercado supera a muchos otros medios. Hay muchos ejemplos, como el “Bioshock”, cuyo estilo redefinió por completo un género sobreexplotado como son los juegos de “disparos” en primera persona. Su estilo novedoso, su jugabilidad excelente y el drama de la historia descansaba sobre una cuna moral perfectamente fabricada. El contexto de una ciudad donde la ética pasaba a un segundo plano, siendo superada por el beneficio individual, era sin lugar a dudas una sórdida crítica a las ideas objetivistas de Ayn Ryan.

Sin embargo, no estamos aquí para comentar el Bioshock, sino otro juego, cosecha de ATLUS, una desarrolladora de videojuegos de la que me considero “fan” por el estilo tan diferente de sus creaciones y del argumento que teje para ellos. Estamos ante “Catherine”, un juego de PS3 que a primera vista, podría considerarse simplemente una historia romántica y de tinte erótico, pero que sin embargo encierra mucho significado en su interior.

No es mi intención hacer un “review” de este juego, y estoy seguro de que muchos otros escritores en páginas de internet lo hacen mucho mejor que yo, mi objetivo es desenterrar e significado de muchos de los elementos que los creadores usaron para crear una historia apasionante y divertida, y que va mucho más allá del ensalzamiento del amor y el romance.

“Catherine” es la historia de la infidelidad de un treintañero llamado Vincent sobre su novia Katherine, con la que viene saliendo desde ya muchos años. Se muestra impotente e inseguro de su vida cuando su compañera intenta cerrarle el cerco, queriendo casarse con él. El control de su vida se le escapa de sus manos, y él puede notarlo perfectamente. Sin embargo, se ve aterrorizado por bizarras pesadillas en las que tiene que escalar una enorme torre junto a montones de carneros bípedos, escapando a su vez de sus mayores miedos y dudas. El tinte sobrenatural y ocultista mezclado con una historia romántica de desamor e infidelidad de por sí ya es bastante original. A pesar de parecer un juego erótico y moderno, también lo es terriblemente oscuro y misterioso.

La ética de la infidelidad

La infidelidad viene definida como la relación amorosa que se lleva con personas distintas de un vínculo oficial que viene establecido por otra relación amorosa establecida. Es el quebrantamiento del “pacto normativo” que limita el número de personas que se involucran e una relación amorosa o erótica (que clásicamente son dos). Los motivos para romperlo son muchos, desde desenamoramiento, venganza, atracción sexual…

La infidelidad ha sido el motivo que más ha provocado conflicto en las relaciones monogámicas, y el descubrimiento trae tristeza, baja autoestima e ira para aquel que ha sido engañado. Normalmente, suele haber una retirada de la confianza que se ha depositado en la pareja, pero por muchos otros motivos, no necesariamente puede ser lo que marque el final de una relación.

El tema de la infidelidad, además de ser el problema principal en el protagonista, acaba siendo una simple ilusión que aunque esté premeditada por un tercer personaje, no es más que el simbolismo de una inseguridad interna, fruto de los eventos que finalmente le están llevando a una nueva etapa de la vida a la que el protagonista no se siente especialmente preparado, e incluso, es demasiado tímido para discutir por miedo a posibles represalias.

El caso de la infidelidad del protagonista no es la única. Todos aquellos que han traicionado, de alguna manera, a un ser querido, están escalando la torre de bloques. Muchas veces a la pregunta de “¿Porqué estoy aquí?” les viene respondida: “Porque alguien deseó que murieses”. En principio se tiene a las pesadillas como un castigo, pues si caes de la torre al día siguiente estás muerto en la cama. Sin embargo, luego se refleja como una especie de prueba psicológica en la que los contendientes deben darse cuenta de qué es lo que quieren en realidad. El motivo por el que escalan no siempre es el mismo, y hay muchas historias entretejidas que tienen mucho que ver con las relaciones amorosas:

Un amigo del protagonista, Orlando, se muestra arisco con las mujeres pues las considera arpías sin sentimientos después de que su esposa la dejara, según él, sin motivo. Sin embargo, nunca reconoció que su mujer le reprochó haberse gastado todo el dinero en juegos de azar.

En el juego conoces a un policía que se siente responsable de haber perdido a su esposa en un asesinato que aconteció justo después de haberse peleado con ella y haberla echado de casa. Las últimas palabras de él fueron “fuera de aquí”, lo que agrava más su culpabilidad. Intentó suicidarse, siendo salvado por otro de los personajes del bar que suele frecuentar el protagonista.

En el bar también conoces a un ex periodista de nombre Justin, que habla sobre una bailarina que le persigue en sus pesadillas. Justin escribió un artículo sobre ella, destacando sobre todo su valor y esfuerzo en llegar a ser la mejor, sin embargo, esto hizo que ganara fama y con ello, muchos enemigos que abusaron impunemente de ella hasta el punto de que acabó por suicidarse. Opacado por su sensación de culpa, la relación que tiene con su novia va cada vez peor.

La historia de Todd, un mujeriego que tiene a las féminas como meros objetos, resulta ser un hombre de baja autoestima y opacado por su padre, que siempre lo había tenido todo: un buen negocio, muchas mujeres, y un hijo que siguiera sus mismos pasos. Al darse cuenta de que esto último no lo podía conseguir, vejaba, pegaba a su hijo y lo llenaba de insultos; luego, acabó por dejarlo.

Los carneros y el concepto de individualidad

Las ovejas han tenido siempre una fuerte simbología en la mitología tal y como la tiene en el juego. El protagonista se ve inmerso en sueños donde carneros que como él intentan escalar la torre, al mismo tiempo que tienen que afrontar una series de preguntas cuya respuesta está en disposición de la moral del jugador.

El protagonista se ve él mismo como humano, mientras que los demás se ven transformados en carneros bípedos. Sin embargo, se da cuenta rápidamente cuando habla con uno de que él es visto como un carnero más. Ello representa la naturaleza humana: la individualidad es representada como un “yo” y el mundo exterior, lleno de personas con las que puedo entablar relaciones. Puede ser que en realidad nos estemos engañando a nosotros mismos, pensando que somos independientes y libres cuando en realidad seguimos perteneciendo a un “rebaño”, no obstante, también puede significar que la individualidad nuestra es la primera que interpretamos, mientras que sólo reconocemos las otras cuando empezamos a conocer a los demás. En este sentido, Vincent hablaba con los personajes de bar y empezaba a reconocerlos en los sueños, viendo en los carneros verdaderos humanos.

El motivo final y la rebelión contra los dioses

La mitología y sus dioses han sido utilizados, en muchas ocasiones, como ayudantes de los protagonistas de una que otra historia; y no solo en los videojuegos, sino en cómics, películas y libros. Catherine está igualmente lleno de mitología: Astaroth e Ishtar (diosa de la fecundidad) son algunos de los personajes mitológicos que pueden verse rescatados. Igual, en todos los juegos de ATLUS (en el que comento y en todos aquellos que lleven la marca: Shin Megami Tensei) puede verse en muchas ocasiones el concepto de la rebelión contra las divinidades, en el sentido de que el humano se libera de las propias cadenas para elegir su propio destino.

No es casualidad que en uno de los primeros juegos de SMT el último enemigo sea el propio dios abrahámico de las religiones judeocristianas: escrito con las siglas YHVH (cuya pronunciación incluso, es objeto de debate entre muchos teólogos e historiadores). Estamos ante un ser despótico, malvado y cruel (vamos, como el dios de la Biblia), que busca el absoluto control del mundo que ha creado y la pleitesía eterna hacia su divinidad. Esclaviza a los humanos con algo a lo que él llama “fe” y cuando es derrotado, además de otorgar al protagonista del pecado capital (de haber matado a Dios) dice que: “Mientras las personas continúen buscando mi salvación, yo seguiré resucitando por siempre”. Por desgracia, no mintió.

Sin embargo, me estoy yendo por las ramas. Catherine es un juego cuyo final también acaba en esta conclusión. Ishtar, junto a su consorte Dimuzid, crearon las pesadillas para disuadir y alejar a los hombres de las mujeres en edad fértil y emparejarlas con otras que sí quieran tener descendencia para aumentar la población. Los motivos pueden ser, cuanto menos, descabellados teniendo en cuenta que hoy en día, casi 7 miles de millones de seres humanos pueblan la Tierra. No obstante, hay que recordar el único propósito de la entidad (es una diosa de la fecundidad) y la pobre natalidad de donde ha sido creado este juego (Japón). Igual, Vincent se yergue al final como un paladín de la humanidad contra el control de los dioses, igual que el protagonista del SMT 2, liberando a los demás carneros del yugo de las pesadillas. 

Sus últimas palabras lo demuestran: antes de pasar por la última puerta y después de haber escalado la torre entera, le dijo a Dimuzid: “Los hombres y las mujeres son más complicados de lo que tú crees. La vida de las personas no están planeadas, no hay una hoja de ruta. No es que sea el mejor tipo de mundo pero, soy humano y soy libre de elegir cómo vivo”.

Si, somos complicados para los dioses porque precisamente fuimos nosotros sus creadores. ¡Hasta la próxima entrada!