El maltrato animal siempre ha sido un tema de controversia en la actualidad, pero no fue hasta hace poco cuando empezaron a considerarse que los animales también tenían “derechos”. Hasta entonces siempre han tenido que sufrir, en las más variadas formas, las excentricidades de una raza enferma a consecuencia de su gran capacidad cerebral, y que muchas veces, nos lleva a cometer actos reprochables tanto para ellos como para nosotros mismos.
Estas conductas comprenden comportamientos que
causan un dolor innecesario o estrés al animal. El espectro es grande: desde
abandonos y pequeñas negligencias en cuanto a la alimentación e higiene, hasta
un maltrato directo e intencionado: la tortura y el asesinato malicioso. En la
historia, el maltrato muchas veces ha sido justificado como actividad lúdica
(como por ejemplo, la Tauromaquia en España), y en la guerra (usados tanto para
pelear como armas suicida que portan explosivos).
Con fines científicos, los animales siempre han sido
importantes para los estudios médicos, sin embargo aunque haya leyes que
regulen la experimentación con animales, aún pueden cometerse ciertas
injusticias y desregulaciones que son susceptibles de protesta. En este
sentido, la constante guerra entre las protectoras de animales y los
científicos ha sido eterna, es casi un tema tan controvertido y complejo que
necesitaría una entrada diferente para poder dar información adecuada junto con
mi opinión personal.
Hoy, nos centraremos en las nuevas fuentes que incentivan
el maltrato animal, y sí: estoy hablando del maravilloso y a la vez horrible Internet, fuente inagotable de información
que también resulta en un submundo donde la moral es abandonada por aquellos
que intentan encontrar maneras de subsanar sus deseos más primitivos y menos
aceptados por la sociedad de hoy.
Internet ha sido testigo de horrendos vídeos de
maltrato animal, algunos que yo personalmente he visto, como el desollamiento
de animales vivos en China o aquel que tuve la desgracia de encontrarme: el de
unas jóvenes asiáticas aplastando un conejo con una placa de cristal. El
maltrato puede verse en Blogs, en vídeos subidos a páginas parecidas a Youtube,
incluso en redes sociales como Facebook. Afortunadamente, todo el material que
sale a la luz es vejado y repudiado por la mayoría de los internautas, y estos
mismos son los que en la mayoría de las ocasiones lo denuncian. En el campo de
la psiquiatría, el maltrato animal se ha relacionado mucho con comportamientos
psicóticos y el trastorno antisocial de la personalidad, tal y como indican
algunos estudios1,2.
Parafilias
La parafilia es un concepto que proviene de la unión
de la acepción griega “pará”: “a margen de”, y “filia”: que significa “amor”.
Se entiende la parafilia como el patrón de comportamiento sexual en el que la
fuente de placer no se encuentra en la cópula, sino en otras actividades que
bien pueden realizarse solas o en acompañamiento del coito. Sin embargo, muchas
veces no se considera parafilia a algunas conductas sexuales en tanto que no
sea la única fuente de placer, esto sería como una especie de “salsa” que pudiera
animar las relaciones sexuales. Además, si estas prácticas no causan daño físico,
psicológico o económico a las personas que practican, tampoco se considerarían
como tal.
Otro elemento importante es el consentimiento, de
modo que tiene que haber un consenso en la pareja para realizar dichas
prácticas, esto se hace imposible en muchas prácticas como la pedofilia, la
zoofilia, la somnofilia y el froterismo; y por ello sean consideradas como parafilia
patológica per se. En resumen, las prácticas son como los trastornos de personalidad,
bien podrían ser pequeñas excentricidades o un enorme problema depende de cuál
sea el impacto en la vida de la persona y sus más allegados.
¿Y si les digo que el ser humano ha desarrollado una
parafilia respecto al maltrato animal?
Crush Fetish
Pues sí: el llamado “Crush Fetish” o “Fetiche del
aplastamiento”: se trata de la excitación producida cuando alguien aplasta
objetos, comida y en ciertas ocasiones: animales más grandes, incluso
mamíferos. Los gustos y las preferencias en este tipo de fetichismo extraño son
muy variados. Hay dos tipos de este fetichismo que se engloban en dos términos:
el “soft crush” contiene vídeos más comunes en los que se aplasta objetos
inanimados o pequeños insectos, mientras que el “hard crush” se realiza con animales
vertebrados, muchos de ellos mamíferos domésticos como perros y gatos,
usualmente cachorros (obviamente, dado que son más débiles e indefensos). Este
último es el que ha creado más controversia, teniendo un impacto mayor en caso
de se filtre alguno de estos vídeos para la mayoría de los internautas. El
método suele ser muy simple, y los perpetradores suelen utilizar los pies o en
algunas ocasiones el resto del cuerpo. Puede realizarse con tacones altos, con
el pie descalzo, u otra manera a gusto del fetichista. Presupongo que la
mayoría de los vídeos, sobre todo los de “hard crush”, están realizados por
motivos económicos, ya que se ha estipulado que los que practican estas
aberraciones reciben una buena paga por ello, cosa que confiesan al ser
juzgados por las autoridades.
Las prácticas son descritas como aberrantes y de mal
gusto (puedo dar fe a ello). Causan un gran impacto social en Internet, por lo
que no pasa mucho tiempo hasta que finalmente los atrapa la justicia. Los actos
deplorables y el sufrimiento de los animales en este tipo de prácticas lo
justifica el apetito sexual del fetichista, desde un punto de vista
psiquiátrico, si estas conductas se eliminan, la demanda y los casos de maltrato
disminuirían notablemente.
Etiología
Es muy
difícil establecer una etiología concreta para la mayoría de enfermedades
mentales, así como las parafílias perjudiciales. Si bien respecto a la
pedofilia se han hecho multitud de trabajos, el fetichismo del aplastamiento es
un gran desconocido para el campo de la psiquiatría y la psicología. Se ha
estipulado que el fetichismo surge en la adolescencia, y se relaciona con
experiencias impactantes en la vida con las que hayan conseguido algún gran
cambio.
Otras teorías apuntan a la secreción de feniletilamina,
hormona que tiene mucho que ver con los procesos de enamoramiento, sustituye a
las secreciones de otras sustancias que en personas sin el fetiche, tras esas
imágenes, provocarían sentimientos de aversión, tristeza o indiferencia.
Clínica y
diagnóstico
No va más allá de la excitación sexual ante el
sufrimiento del animal siendo aplastado. No existen criterios para diagnosticar
esta parafilia ya que no está descrita en el DSM, al menos por ahora. Sin
embargo, aunque muchas veces el fetiche en sí puede provocar malestar o suponer
un problema, lo es más para aquellas mujeres que lo llevan a la práctica.
Ignoro totalmente si estas están obligadas de alguna u otra manera, ya que sólo
me he informado de vídeos donde parece no tener ningún remordimiento ni culpa
en sus acciones, sin embargo, no es posible descartar totalmente la
voluntariedad total sólo con tener acceso a un par de vídeos: de hecho, es
quizá estos los que tengan una mayor repercusión social entre la sociedad
internetera.
Tratamiento
La psiquiatría ofrece pocas posibilidades para la
corrección de conductas y parafilias perjudiciales, si bien los fármacos
antipsicóticos pueden ayudar en el tratamiento de otros síntomas psiquiátricos
en caso de que los hubiere en el fetichista del aplastamiento. El acercamiento
es psicológico, y la técnica de modificación de la conducta varía mucho entre
una escuela u otra, sin embargo la que propone la conductivista es cuanto
menos, muy interesante: se trata de la unión al estímulo provocado por el fetichismo
a uno desagradable (condicionamiento aversivo).
Páginas
Webs y Referencias
http://www.psychologytoday.com/node/59888
(En inglés).
(1) Henry, B. (2004). The relationship between animal Cruelty,
delinquency, and attitudes toward the treatment of animals. Society & Animals, 12(3), 185-207.
Waw!
ResponderEliminarPensaba que la vorarefilia era el límite, pero veo que no lo hay...
Muy buena entrada compi ;)