sábado, 5 de marzo de 2016

Crónicas onMIR: Juegos de rol



Ha pasado más un año desde la última entrada, pero ha sido un año difícil, un año en que me he dedicado a labrarme un futuro para seguir vivo. Se cumple casi un mes desde el MIR y ya llego tarde para actualizar nuevamente el blog, y qué mejor manera que hablar de las últimas experiencias intra-MIR que he vivido durante largos meses.

Hablemos de rol.

Sí, si me ha dado tiempo de dedicarme a alguna otra cosa que no sea estudiar manuales y realizar una y otra vez esquemas de diagnóstico eso ha sido dedicarme a vivir aventuras en mundos paralelos e imaginarios. Una vuelta a la infancia en toda regla, pero pormenorizada por reglas escritas que será tanto nata dulce como fuertes dolores de cabeza. Debo decir que he aprendido bastante sobre estos de mesa, así como de sistemas, y la psicología de la fauna más común, lo que me ha llevado a meterme de lleno en este pequeño hobbie más que ningún otro.

Ha pasado mucho tiempo desde la primera vez que quise introducirle a mi pequeño y antiguo grupo de rol "Ánima: Beyond Fantasy", desde entonces, ahora me veo dirigiendo una partida online que ya ha durado unos cuantos meses y que por ahora -"por ahora"- va bien encaminada a mi juicio; cosa de la que me orgullezco sobre todo teniendo en cuenta lo exigente que soy conmigo mismo a la hora de escribir/dirigir historias.

Hay muchas formas y variadas de rolear, de crear aventuras inolvidables. Algunas mejores que otras, cada una con sus ventajas y desventajas, pero aún así cada una tiene su punto especial y cada cual puede preferir a más algunos que otros.

Rol por foro

Si pudiera definir este tipo de rol en una palabra, personalmente, para mí sería una gran decepción. El rol por foro es meramente interpretativo, los sistemas aplicados -sobre todo para llevar bien un combate- son engorrosos y llevan mucho tiempo. Sin embargo posee una gran capacidad interpretativa ya que, definitivamente, más que rol, lo que se hace es una especie de historia interpretativa en la que cada jugador aporta un cacho de imaginación. No hay azar, no hay emoción más que la que puede aportar el otro; pero debo reconocer que sirve -y me ha servido- para practicar la narrativa. Aunque no tanto efectivamente como leer, claro está.

Rol por chat

El chat es más rápido que los foros, se va más al grano. Eso me gusta. Es cierto que a veces se tarda más por el mero hecho de escribir los mensajes pero es igualmente válido. Prefería el rol forero frente a este pero ahora no estoy tan seguro. En realidad, el flujo de una conversación entre dos personajes que rolean por foro es cuanto menos confuso y molesto. Dado que no puedes controlar al otro personaje -ya que él es quien las confecciona- la historia queda como una especie de entramado laberíntico de párrafos, descripciones extrañas donde se infiere que el otro está hablando y aparecen diálogos de sólo un personaje que da la impresión de que habla solo o consigo mismo. En este sentido, el rol por chat simplifica las cosas y ofrece una ventaja interpretativa a los jugadores, y descriptiva al narrador.

Rol de mesa

Se puede considerar este el más típico de todos pero eso no significa que este sea el "rol de verdad" sino que es meramente una manera más de hacer las cosas. Para los jugadores y el máster es todo un desafío a la interpretación. Es el más rápido y dinámico, pero no exento de desventajas, las cuales las viví de primera mano cuando intenté juntar dos grupos muy diferentes para intentar jugar nuevamente a Ánima. Por supuesto, no se deben forzar las relaciones humanas para que todo el mundo se lleve bien, mucho menos obligar a alguien a jugar con un sujeto que no le acaba de caer bien. Como jugador y máster, he sido víctima de las perturbaciones en el juego que puede provocar la imperfección humana -y es posible que yo también haya sido origen de estas mismas disidencias-. Después de todo, es lo que pasa en cualquier grupo amigos. Cuanta más gente lo forme más probable serán los conflictos y el grupo tenderá a dividirse y ser más pequeño.

De cualquier manera problemas como las quedadas, las cuales pueden llegar a ser molestas si sobretodo son a deshoras, se acaban solucionando con las partidas online. Acabas saliendo de una roñosa tienda a las tantas de la noche teniendo mañana que ir a estudiar, y si encima lo atrasan sólo para que un jugador pueda seguir la cosa empeora mucho. Cosas que afortunadamente forman parte del pasado.

Las partidas online pueden ser tanto por chat como hablado, o una combinación de estas. Las partes habladas pueden servir para aclarar con rapidez combates mientras que las escritas pueden ser útiles en momentos de gran carga interpretativa. De cualquier manera, es más adecuado en la comodidad de casa que ir a otro lugar, igualmente, todo depende de las preferencias de los jugadores.

Roles actuales

Últimamente estoy sólo en dos partidas, una como máster y otra como jugador. Estoy contento con ambas partidas. La primera se ambienta en un mundo de fantasía victoriana, muy parecida a la ambientación de Ánima pero con un poco más de sentido, un mundo sin nombre -todavía- que lucha contra su propia destrucción a raíz de un conflicto que razas anteriores han relegado a sus descendientes.

La otra, en la que soy jugador, es de ciencia ficción. No sé si la estoy disfrutando más por el hecho de que es la primera partida fuera de un clásico mundo de fantasía o por el hecho de que los personajes son una raza posthumana con forma antropomórfica animal -vectores-. Nunca me ha disgustado el "furry", pero sí que nunca he estado metido de lleno en su comunidad hasta el punto de gastar tiempo en crearme uno de sus alter-ego tan famosos, mucho menos con obsesionarme con ello ni pienso hacerlo en realidad. La ambientación es atrayente y la historia te atrapa entre sus redes hasta el punto que lo más mundano se vuelve interesante -aunque parte de ello es culpa del máster- y el combate se vuelve algo novedoso, letal y bastante peligroso, muy alejado del simple intercambio de golpes y tiradas de dados hasta que alguno cae o no cae.


A pesar de todo, de que sí es cierto de que siendo máster uno tiene más control sobre la historia que maneja, para un director el grado de emoción radica en lo que hagan o no lo jugadores. Depende de estos mismos ser meras marionetas de la historia o ser realmente protagonistas provocando al máster a improvisar más sobre lo preparado. Al fin y al cabo, la historia no está escrita, se hace en cada sesión. 

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