Hace ya bastante tiempo, de forma más o menos mensual, nos llega a mi casa una especie de suplemento gratuito en forma de 31 páginas titulado “La Atalaya”. La libreta consiste en un intento de proselitismo sectario por parte de los Testigos de Jehová, además de un compendio de patrañas, historias y valores que promueve esta organización. Los “Testigos”, como se autodenominan los adeptos a esta congregación, tienen su núcleo en una sede localizada en Nueva York, la “Watchtower”, aunque aquí en España, suelen ser conocidos por pequeños colectivos y sus revistas, la antes nombrada y otra, que también he tenido la desgracia de encontrármela por mi casa: “¡Despertad!”.
Esta secta tiene una mala costumbre que por suerte, con el tiempo, ha ido desapareciendo del cristianismo, y es su celoso y pesado proselitismo a domicilio que además, puedes pedir cómodamente por el url que aparece por el reverso de la dichosa revista, con la dirección de la sede en Madrid, para que vengan dos o tres tarados a atontar a tus hijos sin moverse uno de casita.
En definitiva, la principal propiedad, o al menos, aquella que se ve en sus revistas, es la de basar completamente sus creencias en la biblia y en otra versión, impresa por ellos —y de paso, modificadas según sus intereses—. En efecto, no pasan dos palabras leídas sin que te pongan alguna referencia bíblica, como si se tratara de una frase u artículo bien documentado, de clara autoría, y publicado en una revista científica. Sin embargo, resulta todo lo contrario: textos de una autoría dudosa, y si es cierta, escritas bajo el influjo de los estupefacientes y de su enorme imaginación, lo cual le da un valor ficticio. En realidad, cada uno tiene libre albedrío de decidir lo que significa ese libro para cada uno, dada la poca objetividad, simbolismo y confusión que entrañan sus páginas. Igualmente que para mi supone un libro completamente prescindible, para otros puede suponer algo en sus vidas; de todas maneras, nunca falta esa escoria que quiere imponerte su propia y polimorfa interpretación, normalmente conducida hacia sus propios intereses —igual de polimorfos— y es que, los señores de la Watchtower nos lo han demostrado , cambiando su opinión respecto a temas como las transfusiones de sangre y las vacunas, pasando de ser acciones demoniacas y totalmente prohibidas para sus adeptos a ser simplemente problemas de consciencia moral.
Sin irme más por las ramas, trataré de desmenuzar más o menos en qué consiste esta bazofia que debería ser reciclada y usada para mejor uso, como por ejemplo papel higiénico:
La estructuración de la revista es fija y simple, consistiendo normalmente —exceptuando especiales de Navid… ¡anda, es verdad! Estos señores tampoco celebran fiestas— en 5 secciones fijas y 4 anexos que pueden variar, incluyendo unas actividades finales tituladas como “el rincón del joven”, consistiendo en un análisis de un texto bíblico, el cual tienes que analizar y profundizar hasta llegar al supuesto valor moral que enseña, por ejemplo, como premisa para buscar amigos. En principio no me quiero imaginar al “joven” amargado que tenga tiempo para estas hacer estas mierdas, porque es más productivo ir a conocer gente y hacerte amigo de quien te caiga mejor, e ir forjando una confianza paulatina, que ponerse a leer la biblia.
Las secciones tienen temas muy variados, siempre tratados en base a las sagradas escrituras, ni un atisbo de sentido común, alguno de ciencia (no documentado en estudios científicos, experimentos, ensayos clínicos…). Varias veces aportan ideas y conductas moralmente buenas y aceptables, como por ejemplo cómo ayudar a un amigo enfermo, o a alguien que no sabe expresarse bien; el único problema sigue siendo el mismo: esa maldita obsesión por los principios bíblicos, como si los ateos no visitáramos a nuestros amigos enfermos ni supiéramos hacer actos de caridad, lo cual es sumamente erróneo. Al final resulta que los Testigos solo son bebés subnormales a los que su dios le da arrumacos y les enseña cosas de la vida que uno puede aprender por sí mismo.
Las secciones que me sacan de mis casillas y me hacen maldecir trillones de veces esta detestable secta no es que organice actos de caridad —que no duda en difundir para darse buena imagen— sino varias ideas y artículos estúpidos que a veces pública, como por ejemplo los “ejemplos de fe”:
Básicamente se trata de las pequeñas biografías sobre borregos que siguen a rajatabla los valores de la secta, sean buenos o malos desde un punto de vista racional. Curiosa es la historia —ambientada en la época antigua— que trata sobre Ana que, siendo la mujer de un hombre y la más amada por este, tiene que aguantar ver como este saca los tropecientos hijos con otra mujer, con la que comparte el marido —antiguamente, sobretodo en sociedades del oriente medio, era común la poligamia— la cual no duda en burlarse de la condición de esta. Total, que mejor manera de solucionar las cosas que rezando un poco, soltar unos cuantos balbuceos arrodillada mientras un sacerdote te toma por “loca playa” para olvidar todos los problemas. Por lo tanto, desde la lógica pura, colocar el peso emocional sobre los anchos y fuertes hombros de Jehová es el equivalente a colocarlos sobre los hombros de la marihuana o sobre cinco copitas de wisky.
Lo que se intenta afirmar es que cualquier problema puede ser resuelto “dejándolo en manos de dios”, orando, y eso no es verdad, los problemas los resuelve uno mismo, ya que dejándolos en manos de un ser metafísico o de otra persona significa huir de ellos. Al final, nuestra querida protagonista dejó de ser estéril con un “abracadabra para de cabra, Flipendo, Expeliarmus” y le dio 5 hijos más al machista de su marido, que tanto que la quería que no trataba de solucionar la reyerta entre sus dos esposas, que hubiera sido lo normal.
De todas maneras y cambiando de tema, cuando ya estas pensando que todo esto de la “Watchtower” es una broma de mal gusto con cámara oculta incluida, te puedes encontrar artículos como: Las Siete Claves para beneficiarse al máximo de la lectura de la Biblia. Solo leer el título ya te da pié a comentarlos a tu manera y satirizarlos vulgarmente. Analicémoslos de uno en uno:
1- Léala con el mejor motivo. Claro que sí hombre, igual que yo leo vuestra asquerosa revista para criticarla y daros por saco. Ello significa que siempre se puede sacar algo bueno de ver una película tan estúpida como la saga Crepúsculo, puedes reírte de ella y de sus fanes. De igual manera solo hay que leer la biblia para darse cuenta de que todas las interpretaciones que se sacan de ahí por los testigos o por la abuela del quinto piso que es tu vecina son subjetivas.
2- Utilice una buena traducción. La verdad es que una buena traducción sería la china, ya que al ser tan complicados sus kanjis, no se puede entender nada de nada, te aburrirías y lo dejarías por algo muchísimo más útil como rascarte la barriga y meterte el dedo en la nariz hasta tocar el vómer. La japonesa entraña más riesgo, ya que al ser sus kanjis más simplificados y teniendo en cuenta de que yo estoy estudiando japonés puedo entender algo y seria más peligroso para mí.
3- Ore a dios. No es muy recomendable, ya que de todos los amigos imaginarios que existen, es el más antipático de todos.
4- Léala a diario. Digno de descojone es el ejemplo que ponen sobre la importancia de leerse las escrituras sagradas diariamente: "Supongamos que un hombre, tras sufrir un ataque cardiaco, decide cuidar su alimentación ¿Servirá de algo seguir la dieta solo cuando sienta una fuerte punzada en el pecho? Es obvio que no, solo le beneficiará si lo sigue día tras día". Esto es burlarse de los pacientes con cardiopatías, vamos a ver… ¿Qué ocurre señora? ¿Su marido la maltrata, tiene depresión crónica? No se preocupe, una inyección semanal de fe y 5 páginas del Deuteronomio y 6 del Jacob diarias y como nueva. La verdad, los creo muy capaces de afirmar que leer diariamente la biblia es más eficaz que los diuréticos en el tratamiento de la ICC.
5- Emplee diferentes métodos. Lógico, ya que leerla siempre de la misma manera el aburrimiento se elevaría a la enésima potencia. Se recomienda leerla mientras se hace el pino, se hace malabares con la otra mano o en el baño, donde supone una pequeña ayuda para ahorrar papel. Eso sí, no comprendo de qué psiquiátrico habrán sacado a la mujer que opinaba que la biblia, oyéndola en discos de audio le parecía más interesante que cualquier novela. De seguro que los únicos autores que conoce esta señora son Stephanie Meyer, Dan Brown y Stieg Larsson.
6- Dedique tiempo a reflexionar. Exactamente, a reflexionar cómo la gente puede leerse esta mediocridad habiendo libros de ficción y aventuras que cuentan historias mucho más interesantes.
7- Consulte a un maestro de la biblia. Esto ya es el colmo de los colmos. No solo dan por hecho tu ineptitud para comprender todo lo que dice el libro sino que para ello debemos llamar a uno de los borregos de la secta para que nos diga lo que debemos interpretar. Lo que realmente da a entender este séptimo y patético punto es que los muy cerdos aprovechan cualquier oportunidad para meterse en tu casa a contarte una tontería tras otra, y esto me E-N-E-R-V-A.
Tras este vórtice de sinsentido, proselitismo y dogmatismo, escuchando algunos testimonios de ex-testigos, y diversas polémicas y peleas con el sector sanitario uno se pregunta cómo no han sido ilegalizados por todo el mundo. Porque es cierto que cada uno es libre de creer en lo que quiera, y de no creer; pero que creas y lo consideres lo verdaderamente cierto, no te da derecho a sugestionar, a aprovecharte de la gente y de los niños pequeños, los cuales son más frágiles ante esta amenaza.
Al fin y al cabo, los testigos solo son una secta destructiva que se ocupa de alejar a la persona de la sociedad y usarla para sus propios fines económicos, un grupo de señores que usan la fe para crear robots humanos que van por ahí imponiendo su verdad —como si esta fuera la única y verdadera— falsando todas las demás que existen. Aunque esto no es una característica exclusiva de los testigos, todas las religiones en el mundo se falsan recíprocamente jactándose de tener la verdad absoluta; por desgracia para ellos, la realidad es diferente, y solo hay que darse cuenta de cuántas religiones hay en el mundo para averiguar el relativismo que entraña.
Ya terminando, os paso a todos aquellos que suelen equiparar la ciencia con la religión, un artículo de la wikipedia dando la definición, para que no me vuelvan a hablar de tonterías:
¡Hasta la próxima entrada, y tres hurras por el escepticismo!