jueves, 17 de diciembre de 2009
Esos recuerdos que se dibujan
Como ya podéis suponer, es un dibujo de un personaje manga-anime, y lo que no podréis adivinar es que, concretamente, se trata de una heroína de un H-game llamado "Tsunagaru Banguru" . El retrato data de aquellos tiempos de 3º ESO, está hecho a mano alzada, por un novato. Claramente eso significa que la proporcionalidad del error artístico que se detectará en él depende (en una relación púramente exponencial) de la experiencia de quien lo analice.
Pese a todo, no me negaréis que a primera vista es una obra maestra. Aquí tenéis una versión mejorada del personaje:
Por supuesto, no iba a poner aquí ninguna imágen más sugerente de ella, ya que me niego a que me cierren el blog y porque me las reservo expresamente; pero bueno, si a alguno le corroe la curiosidad verlas, solo tiene que pedírmelas personalmente.
Espero que si este año mis padres me dejen una de esas tabletas que se utilizan para dibujar en el ordenador, pueda empezar a pulir mi técnica, que como podéis imaginaros, está en pañales (por no decir que aún está formando su surco neural). A lo mejor el destino me ha privado de la capacidad de dibujar simplemente porque si tuviera la capacidad, haría miles de caricaturas de la gente que está a mi alrededor, hasta que el mundo explote y la tierra quede resumida a la antimateria del espacio.
¡¡¡Pues claro que no!!! Eso yo lo sabía desde hace mucho...
viernes, 11 de diciembre de 2009
¡¡Adelante Pikachu, y dadnos la luz!!
Aunque parezca mentira, hay tantas, y tantas proteínas que rigen la fisiología de los organismos que es casi imposible y muy incómodo ponerle un nombre propio a todas, acatando estas unas referencias propias de los presidiarios, con números y letras. No obstante, hay algunas, que ya sea porque son descubiertas por un grupo de científicos frikazos o sean muy importantes, acatan unos seudónimos, a veces muy curiosos.
Este es el caso de la Pikachurina. Esta proteína fue descubierta por un grupo de investigación del Osaka Bioscience Institute (Japón tenía que ser…) y que, inspirándose en los rápidos movimientos y de la generación de electricidad por parte de esta adorable criaturita decidieron ponerle ese nombre a su importante descubrimiento.
La Pikachurina es una proteína de la matriz extracelular de la retina, localizada junto con otras dos proteínas: la distrofina y el distroglicano (también llamado DAG1, siglas de Dystrophin associated glycoprotein 1, es decir, la distrofina asociada a una glicoproteína). Concretamente, la proteína tiene un rol especial en el establecimiento de los bucles sinápticos y en la interacción de este con las dendritas de las células bipolares.
Estos bucles son una estructura muy especial, ya que solo se encuentran en pocos lugares en el organismo, y uno de ellos es en la retina.
La retina es una capa de células nerviosas que captan la luz y transmiten al cerebro imágenes del espacio que nos rodea. La capa se encuentra en la parte posterior del ojo, y comprende muchas capas de células y de matriz extracelular compleja pero que los biólogos y científicos, con el tiempo, han sabido estructurar en diversos estratos.
Los bucles se disponen en las sinapsis de las terminaciones axónicas de los conos y bastones con las células bipolares y horizontales a nivel de la capa plexiforme externa. La característica principal de los bucles es la capacidad que tienen para atar un promedio de 100 vesículas sinápticas, y contando con que cada célula presináptica puede llevar de 10 a 100 bucles, estaríamos hablando de 1000 o 10000 vesículas que se transmiten en un cortísimo espacio de tiempo. Dicho de otro modo, la neurotransmisión se acelera de una forma inusitada y como consecuencia, nos provee de una visión más aguda.
Esta es, al parecer, una razón de peso para los descubridores para pensar que la proteína pudiera usarse en un futuro para tratamientos contra la retinitis pigmentosa, una enfermedad genética y degenerativa de las células fotorreceptoras de tipo bastón (las que nos permiten ver en condiciones de baja luminosidad), en la que se produce también una falta de irrigación de la retina y un acumulo de pigmento sobre esta, teniendo como clara consecuencia la ceguera permanente.
Según dicen nuestros chicos de Osaka, podría dudar si en realidad Jesús devolvía la vista a los ciegos, sin embargo, sí que sería posible de que Pikachu lograse realizar estos milagros, por algo es uno de mis Pokemon favoritos (aunque me gusta más su evolución).
Referencias:
Sato S, Omori Y, Katoh K, et al. (August 2008). "Pikachurin, a dystroglycan ligand, is essential for photoreceptor ribbon synapse formation". Nat. Neuroci. 11 (8): 923–931.
Páginas Webs:
http://inventorspot.com/articles/lightningfast_vision_protein_named_after_pikachu_16170
Libros:
Kierszenbaum. “Histología y Biología celular: introducción a la anatomía patológica”. 2º ed. Elsevier, 2008.